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Coros Bíblicos

Octubre 24, 2020   Los comentarios están deshabilitados en Coros Bíblicos

Biblia Católica (Latinoamericana) enseña:

Lea todo el capítulo 3 de Romanos

La justicia es por medio de la fe

21. Ahora se nos ha revelado cómo Dios nos reordena y hace justos sin hablar de la Ley, pero ya lo daban a entender la Ley y los profetas.

22. Mediante la fe según Jesucristo Dios reordena y hace justos a todos los que llegan a la fe. No hay distinción de personas,

23. pues todos pecaron y están faltos de la gloria de Dios.

24. Pero todos son reformados y hechos justos gratuitamente y por pura bondad, mediante la redención realizada en Cristo Jesús.

25. Dios lo puso como la víctima cuya sangre nos consigue el perdón, y esto es obra de fe. Así demuestra Dios cómo nos hace justos, perdonando los pecados del pasado

26. que había soportado en aquel tiempo; y demuestra también cómo nos reforma en el tiempo presente: él, que es justo, nos hace justos y santos por la fe propia de Jesús.

27. Y ahora, ¿dónde están nuestros méritos? Fueron echados fuera.

28. ¿Quién los echó? ¿La Ley que pedía obras? No, otra ley, que es la fe. Nosotros decimos esto: la persona es reformada y hecha justa por la fe, y no por el cumplimiento de la Ley.

Octubre 18, 2020   No Comments

Biblia Católica (Latinoamericana) enseña:

Lea todo el capítulo 3 de Romanos

No hay justo

9. ¿Tenemos, entonces, alguna superioridad? Sí y no. Acabamos de demostrar que todos, judíos y no judíos, están bajo el dominio del pecado,

10. como dice la Escritura:

11. No hay nadie bueno, ni siquiera uno. No hay ninguno sensato, nadie que busque a Dios.

12. Todos se han extraviado, ya no sirven para nada. No hay quien obre el bien, ni siquiera uno.

13. Su garganta es un sepulcro abierto, y con su lengua urden engaños.

14. Sus labios esconden veneno de serpiente y su boca está llena de maldiciones y amargura.

15. Corren a donde puedan derramar sangre.

16. Detrás de ellos dejan ruina y miseria.

17. No conocen el camino de la paz,

18. el temor de Dios es lo que menos recuerdan.

19. Pero sabemos que todo lo que dice la Escritura está dicho para el mismo pueblo que recibió la Ley. Que todos, pues, se callen y el mundo entero se reconozca culpable ante Dios.

20. Porque en base a la observancia de la Ley no será justificado ningún mortal ante Dios. El fruto de la Ley es otro: nos hace conscientes del pecado.

Romanos 3 – Biblia Católica (Latinoamericana)

Octubre 18, 2020   Los comentarios están deshabilitados en Biblia Católica (Latinoamericana) enseña:

La Biblia Católica (Latinoamericana) enseña:

En Romanos capítulo 1:16 al 32

El poder del evangelio

16. Como ven, no me avergüenzo del Evangelio. Es una fuerza de Dios y salvación para todos los que creen, en primer lugar para los judíos, y también para los griegos.

17. El Evangelio manifiesta cómo Dios nos hace justos, es decir, nos reforma por medio de la fe y para la vida de fe, como dice la Escritura: El que es justo por la fe vivirá.

La culpabilidad del hombre

18. Desde el cielo nos amenaza la indignación de Dios por todas las maldades e injusticias de aquellos que sofocan la verdad con el mal.

19. Todo lo que se puede conocer de Dios lo tienen ante sus ojos, pues Dios se lo manifestó.

20. Lo que es y que no podemos ver ha pasado a ser visible gracias a la creación del universo, y por sus obras captamos algo de su eternidad, de su poder y de su divinidad. De modo que no tienen disculpa.

21. A pesar de que conocían a Dios, no le rindieron honores ni le dieron gracias como corresponde. Al contrario, se perdieron en sus razonamientos y su conciencia cegada se convirtió en tinieblas.

22. Creyéndose sabios, se volvieron necios.

23. Incluso reemplazaron al Dios de la Gloria, al Dios inmortal, con imágenes de todo lo pasajero: imágenes de hombres, de aves, de animales y reptiles.

24. Por eso Dios los abandonó a sus pasiones secretas, se entregaron a la impureza y deshonraron sus propios cuerpos.

25. Cambiaron la verdad de Dios por la mentira. Adoraron y sirvieron a seres creados en lugar del Creador, que es bendecido por todos los siglos: ¡Amén!

26. Por esto Dios dejó que fueran presa de pasiones vergonzosas: ahora sus mujeres cambian las relaciones sexuales normales por relaciones contra la naturaleza.

27. Los hombres, asimismo, dejan la relación natural con la mujer y se apasionan los unos por los otros; practican torpezas varones con varones, y así reciben en su propia persona el castigo merecido por su aberración.

28. Ya que juzgaron inútil conocer a Dios, Dios a su vez los abandonó a los errores de su propio juicio, de tal modo que hacen absolutamente todo lo que es malo.

29. En ellos no se ve más que injusticia, perversidad, codicia y maldad. Rebosan de envidia, crímenes, peleas, engaños, mala fe, chismes

30. y calumnias. Desafían a Dios, son altaneros, orgullosos, farsantes, hábiles para lo malo y no obedecen a sus padres.

31. Son insensatos, desleales, sin amor, despiadados.

32. Conocen las sentencias de Dios y saben que son dignos de muerte quienes obran de esa forma. Pero no solamente lo hacen, sino que aprueban a los que actúan de igual modo.

Octubre 18, 2020   No Comments

Se prohíbe entrar

Hacía algunos días que Martita había amanecido enferma. Su fiebre seguía alta, su cabeza y garganta le dolían continuamente, y por fin su mamá decidió llevarla al hospital.

“Tiene que dejarla aquí, señora”, le dijo el médico. “Es difteria, pero no se aflija, luego le tendremos mejor”,

Martita fue llevada a una sala compuesta de varias piezas chicas, y una cariñosa y competente enfermera empezó a atenderla. De la cama ella podía mirar hasta el pasillo y entretenerse viendo pasar a las enfermeras con sus jeringas, a los doctores con sus guardapolvos blancos, y a veces a algún enfermo en camilla.

Pronto llegó el día domingo cuando las visitas tenían permiso para entrar, y viendo a algunos pasar por la puerta, Martita esperaba ansiosamente la llegada de su mamá.

De repente la figura amada de su mamita apareció en la puerta, y con una sonrisa alegre ésta empezó a entrar para abrazar a su hijita tan querida, cuando una enfermera con mascarilla se adelantó para impedirla.

“No, señora, usted no puede entrar. Esta sala es de aislamiento”, le explicó. “Pero, señorita, esa es mi niñita, y yo no tengo miedo de la enfermedad. Por favor, déjeme pasar un momento no más”, le imploró la mamá. “No, señora, hasta aquí no más. ¿No ha leído el aviso?”

Al lado de la puerta estaba un letrero que decía: “Se Prohíbe Entrar. Enfermedades Contagiosas”.

“Mamá, mamá”, gritó Martita, viendo que su mamá no se acercaba, y ella empezó a llorar. Extendió los brazos implorándole que se acercara. La pobre señora con lágrimas en sus ojos, que luego corrieron por sus mejillas, se quedó en la puerta sin poder pasar más adelante y apretar a su hija en sus brazos de amor.

Lo que impedía a la niña ir hacia su madre era algo que se llama enfermedad contagiosa. ¿Saben ustedes, niños, que cada uno, aun los más pequeños, tienen una enfermedad que se le impide acercarse a Dios? Esta enfermedad se llama el pecado; es tan terrible que puede aun producir la muerte y separar al pecador de la presencia de Dios para siempre. La madre de Martita le amaba mucho pero tuvo que marcharse ese día y esperar hasta que los remedios hubieran hecho su efecto en su hijita y ella estuviese mejor.

¡Qué feliz el día cuando la mamá pudo volver, y encontrando a su hija completamente sana, abrazarla, besarla, vestirla y salir del hospital con ella! Dios también tiene un remedio que puede mejorar de la enfermedad del pecado, y ese remedio es su propio Hijo, el Señor Jesús. El murió en la cruz por nosotros, y si ustedes le aceptan como su Salvador, Dios les sanará de toda la enfermedad de sus pecados. El dice: “La sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado”, 1a Juan 1: 7 La Biblia

Octubre 11, 2020   No Comments