Hambre
Dios nos recuerda: Mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de
sed (Isaías 5:13).
MUCHOS no quieren aceptar que un Dios de amor sea capaz de castigar a sus criaturas duramente, pero, cuando después de derramar bendiciones y procurar su bienestar por varios milenios, él llega a ser ignorado, no nos sorprenda que dé las espaldas a quienes lo desconocen y deliberadamente niegan su existencia, y retire su mano que los bendice.
Lo ACTUAL
CUANDO una familia sufre de hambre, las razones pueden ser varias. La más común está vinculada a la pobreza. En este caso, enfermedad, desempleo, viudez y orfandad son los causantes más frecuentes de este cuadro.
Los fenómenos naturales como granizadas, avenidas y huracanes que destruyen sembradíos y derriban las frutas o los árboles, pueden listarse como otro factor, junto con temporadas de extensas sequías, pues, al encarecerse los alimentos los recursos de muchas familias se vuelven insuficientes y se comienza a sentir el hambre.
Sin embargo, todos estos cuadros se han relacionado con el cambio climático provocado por la irresponsabilidad de individuos, industrias y autoridades, no con la mano de Dios. Por eso usamos la ilustración de la devastación de los bosques. (continuará…)
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