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El cuento se empeora

Después de las clases, Juana casi siempre acompañaba a su
hermano Juan a la casa. Pero hoy iba sola cuando una
compañera llamada María la alcanzó y le preguntó:
—¿Dónde está Juan?
—La profesora le pidió que se quedara después de las clases
—contestó Juana—. Me pregunto si se portó mal durante las clases.
Cuando llegaron a la casa de Juana, María siguió su camino. Corrió
para alcanzar a Arturo, otro compañero que también iba caminando y
le dijo:
—Arturo, ¿sabe qué? La profesora le pidió a Juan que se quedara
después de las clases porque se portó mal.
—Me cuesta creer que Juan se portara mal —respondió Arturo—.
¿Qué hizo?
—No sé. Pero de camino a la escuela, vi una ventana rota en la casa
del señor Smith. ¿Será que fue Juan el que la quebró?
Arturo se detuvo en el campo para jugar al béisbol con sus amigos.
Lo saludó otro compañero llamado Jaime:
—¡Hola, Arturo! ¿Dónde está Juan?
Arturo se acercó más a Jaime para que no lo oyeran todos los
muchachos y le dijo:

Febrero 27, 2021   No Comments

El cuento se…

—Juan quebró una ventana de la casa del señor Smith. La profesora
le pidió a Juan que se quedara después de las clases.
—¡No me diga! —respondió Jaime—. ¡Cómo puede ser! Él es muy
bien portado.
Luego, Jaime corrió hacia donde estaba su amigo José y le dijo:
—¿Oyó que Juan quebró una ventana? Eso significa que se robó
veinticinco dólares.
—¿Cómo lo sabe? —preguntó José.
—El señor Smith le dijo a mi mamá que alguien quebró la ventana
de la casa y se llevó veinticinco dólares de la mesa. No había nadie en
la casa cuando pasó. Su esposa se había ido al centro del pueblo y él
estaba en el campo.
José se quedó pensativo y después comentó:
—No lo creería si no fuera usted que lo dijo. Me pregunto qué más
hizo.
—Ni idea. Pero creo que el señor Smith debe saber que fue Juan el
que quebró la ventana. De otro modo, pudiera creer que fuimos
nosotros, y no queremos que piense eso.
—Tiene razón —respondió José—. Mejor vamos a contárselo tan
pronto terminemos el juego y antes de la hora de la cena.
Después del partido de béisbol, Arturo, Jaime, y José salieron
camino a la casa del señor Smith. De camino hablaban muy
emocionados. No les parecía la idea de delatar a su amigo; pero,
después de todo, ¿no era éste su deber?
Cuando los muchachos llegaron a la casa del señor Smith, él los
escuchó sin responder palabra. Después dijo:
—Bueno muchachos, presenten las pruebas.
Los muchachos no pudieron presentar ninguna prueba. Lo único
que sabían era que la profesora le había pedido a Juan que se quedara
después de las clases, y que se había roto una ventana en la casa del
señor Smith y que faltaba dinero. ¿No era eso prueba suficiente?
El señor Smith se puso muy serio y se dirigió hacia los muchachos:
—Siéntense, muchachos. Quiero hablar con ustedes. Vamos a ver
cómo se desarrolló esto que ustedes me cuentan. Primero, alguien

Febrero 27, 2021   No Comments

El Cuento…

comenzó un cuento, contando algo quizás cierto, pero agregando una
idea propia. El cuento pasó de persona en persona, haciéndose cada vez
más grande con otra opinión más. Ahora, han convertido a Juan en
ladrón. ¿Les parece correcto esto?
Los muchachos se miraron el uno al otro. Al fin, Jaime se animó a
hablar:
—Pero, usted le dijo a mi mamá que alguien le quebró la ventana y
se llevó los veinticinco dólares …

—Lo que le dije fue que encontré el vidrio de la ventana roto y que
falta el dinero. No acusé a nadie, aunque como ya saben, parecía un
robo.
—Si no fue Juan, ¿sabe usted quién fue? —preguntó Arturo.
— Déjenme contarles. Ayer hice un pedido de alimento para las
gallinas. Yo sabía que me lo traerían hoy. Dejé veinticinco dólares en la
mesa cerca de la ventana para que mi esposa lo pagara.
”Ella estaba a punto de salir para el pueblo cuando llegó el señor del
alimento. Así que le dijo al señor que lo descargara en el establo.
Mientras tanto corrió a buscar el dinero. Por la prisa, volcó un florero
contra la ventana y el vidrio se quebró.
”Cuando volví del campo, mi esposa no estaba y vi el vidrio de la
ventana roto. También noté que el dinero no estaba, pero no supe más.
En eso llegó tu mamá, Jaime, para devolver el azúcar que había pedido
prestado. Le conté lo de la ventana y el dinero. Poco después, cuando
mi esposa volvió a casa, me explicó lo que había pasado.
Estaba el señor Smith terminando cuando pasaba alguien por la
calle silbando. Todos miraron por la ventana y vieron que era Juan que
iba pasando. Cuando el señor Smith vio que era Juan, se dirigió a los
muchachos y les preguntó:
—¿Llamamos a Juan para hablar con él?
Los muchachos asintieron con la cabeza. Así que, el señor Smith
llamó a Juan:
—¿Juan, puedes pasar un momento? —Juan dejó de silbar.
—Claro que sí, aunque no puedo quedarme por mucho tiempo.
—Cuando vio a los muchachos, los ojos se le desorbitaron por la …

Febrero 27, 2021   No Comments

El cuent…

curiosidad. ¿Por qué
parecen como asustados?
¿Por qué están aquí? ¿Por
qué dan la impresión de
desear estar en otro lugar?
Sus pensamientos
volaban.
Cuando Juan entró
en la casa, el señor
Smith le habló diciendo:
—Te pidieron
quedarte después de las
clases, ¿verdad? No
tengo idea de la razón,
pero ¿puedes contarnos
la razón del por qué le
retuvieron en la escuela
hoy?
—Ah, eso. Sí. Es que
la profesora había
comprado unas plantas
del vivero y me pidió
que las llevara a su casa.
Después, me dio una enorme porción de pastel de cereza. ¡Qué cosa
más rica! ¿No le parece, señor Smith, que fue bien pagado el mandado
que hice?
—Mrs. H.C. Snider
De Story Time

Febrero 27, 2021   No Comments

El cuen…

¿Por qué parecen como asustados? ¿Por qué están aquí? ¿Por qué dan la impresión de desear estar en otro lugar? Sus pensamientos volaban.

Cuando Juan entró en la casa, el señor Smith le habló diciendo: —Te pidieron quedarte después de las clases, ¿verdad? No tengo idea de la razón, pero ¿puedes contarnos la razón del por qué le retuvieron en la escuela hoy? —Ah, eso. Sí. Es que la profesora había

la profesora había comprado unas plantas del vivero y me pidió que las llevara a su casa. Después, me dio una enorme porción de pastel de cereza. ¡Qué cosa más rica! ¿No le parece, señor Smith, que fue bien pagado el mandado que hice?
—Mrs. H.C. Snider De Story Tim

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