Posts from — Enero 2021

Tía Paula

Enero 27, 2021   No Comments

En Linares, Chile, escuche

RADIO NUEVAS DE GRAN GOZO 107.3 FM

Enero 16, 2021   No Comments

Usted decide

Antes de que me vaya de este mundo quiero contarle una experiencia que viví años atrás. Al leer mucho yo, me, mi, usted va a pensar al principio que quiero jactarme de una gran cosa. Todo lo contrario; voy a hablar del peligro que corrí y cómo Dios tuvo compasión de mí.

Pero lo hago para que sobre la marcha usted se pregunte si hay un paralelo entre nosotros dos. De que lo hay en varios párrafos, bien lo sé. ¿Pero puede verse a sí mismo retratado en los últimos párrafos? Si escribo del corazón mío, no es que pienso que usted debe tener gran interés en mi salud corporal, ni estoy pensando en el cuerpo suyo.

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Enero 7, 2021   No Comments

Serie Mi Versículario

1 Dios es amor. l Juan 4.8 c

2 Dios es Espíritu. Juan 4.24

3 Dios es luz. 1 Juan 1.5

4 Cristo… murió por los impíos. Romanos 5.6

5 Cristo murió por nosotros. Romanos 5.8

6 Decían: A otros salvó. Mateo 27.42

7 Dios no es injusto para olvidar. Hebreos 6.10

8 ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Mateo 19.25

9 Al que a mí viene, no le echo fuera. Juan 6.37

26 Jesús dijo: Yo soy la resurrección y la vida. Juan 11.25

27 Jesús dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Juan 14.6

28 Toda la Escritura es inspirada por Dios. 2 Timoteo 3.16

29 Toda maldad es pecado. l Juan 5.17

30 He aquí ahora el día de salvación. 2 Corintios 6.2

31 La luz vino al mundo. Juan 3.19

Enero 7, 2021   No Comments

Barry

Barry era un perro en las altas montañas de los Alpes de Suiza, donde fue entrenado por monjes de un monasterio situado en el gran Paso de San Bernardo. Junto con otros perros, aprendió a buscar y rescatar viajeros que muy a menudo se perdían en las nevazones y a veces se quedaban sepultados bajo la nieve.

Entre todos, Barry era el que tenía más éxito en su trabajo. Por sendas angostas, a través de cerros peñascosos y escarpados, Barry iba en medio de tempestades de viento y nieve hasta encontrar al perdido. Tan renombrado era que hoy día hay una estatua que lo honra.

Amarrado a su cuello llevaba una cantimplora de vino y un paquete de alimentos que ayudaban al viajero a recobrar suficientes fuerzas como para que el perro le guiara al albergue. Si encontraba al viajante inconsciente, se tendía al lado de él, tratando de calentarle el cuerpo congelado hasta que llegara socorro.

Barry era excepcional, pues parecía saber por un instinto sobrenatural cuando alguien estaba en peligro, y no descansaba ni volvía al monasterio hasta encontrarlo. Ese solo animal rescató a más de cuarenta personas. Con el paso de los años, se le disminuían las fuerzas, y los monjes ya no le permitían salir como antes. No obstante, cuando veía que otros perros partían, apenas podía ser refrenado.

Cierta noche fría y tempestuosa, Barry corrió a la puerta gimiendo con insistencia, y los monjes sabían que quería salir como antes. Trataron de calmarlo, pero fue inútil; así, pensando que volvería luego, lo soltaron. Con un ladrido de satisfacción, Barry brincó por la puerta y desapareció en la noche. Hacía un frío taladrante y un viento huracanado lanzaba la nieve con furia, haciendo casi imposible caminar.

Un soldado, tratando de cruzar el paso ese día, se había extraviado. Caminó hasta caer exhausto en la nieve. Luchó por incorporarse pero no pudo, y poco a poco le sobrevino un estupor hasta quedar inconsciente, tapado por la nieve. Algún sentido especial le había comunicado a Barry la extrema necesidad.

Con su nariz casi rozando la nieve, buscó hasta ubicar el rastro de un ser humano. Emitiendo un corto ladrido de éxito, escarbó para descubrir el cuerpo semicongelado, y se tendió al lado.

Al entibiarse el cuerpo del soldado, éste volvió en sí. Abriendo los ojos, vio el enorme perro al lado suyo. Pensó que era un lobo, y reaccionó inmediatamente para defenderse. Sacó su daga y la hundió en el pecho del perro. Estremeciéndose violentamente, el perro murió, muerto por la mano del soldado a quien había rescatado.

Tú que lees esta historia debes identificarte con ese soldado perdido, pues de la misma manera te has extraviado de Dios, perdiéndote en el pecado. La Biblia dice que “todos nosotros nos descarriamos … cada cual por su camino”, Isaías 53.6. De no haber quién te busque y te salve, perecerás para siempre.

Para eso vino el Salvador, no desde un monasterio a pocos kilómetros de distancia, sino del cielo mismo.

Vino a buscar y salvar lo que se había perdido, a salvarte a ti. Recuerda que Él fue rechazado; le gritaron, “Crucifícale, crucifícale;” y fue muerto. Sin embargo, por su muerte nos redimió de la condenación eterna de nuestros pecados, y hoy vive para siempre. Ni otro, ni otra, murió por ti, ni vive para salvar.

A todos los que le aceptan, el Señor Jesús les puede salvar eternamente. En particular a ti — si tú quieres recibirle.

Barry – Tesoro Digital

Enero 7, 2021   No Comments