Posts from — Abril 2020

Jesús el mesías (3)

“¡Oh Señor Dios de mis padres, Abraham, Isaac, y Jacob, dame luz! ¡Toda la luz que necesito para ver la verdad!” Entonces abrio el Nuevo Testamento al azar, leyendo en el principio de la epístola a los Romanos, cuyas palabras fueron calando su alma, mientras leía: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Rom. 1:16). Al leer esta mujer judía las palabras de este pasaje, creyó en el Señor, recibiéndolo en su corazón, y supo ya sin ninguna duda que el Señor Jesucristo era el Mesías. Por eso, cuando los dos creyentes llamaron a su puerta, encontraron a esta mujer regocijándose en el gozo de su salvación y de su nueva esperanza, dispuesta a confesar al Señor ante los hombres. ……

Abril 25, 2020   No Comments

Jesús em mesías (4)

Querido lector, no sabemos cual sea tu posición actualmente, si estás o no salvado. Si nunca antes oíste de la salvación que Dios ofrece en Cristo Jesús, abre tu corazón a este mensaje para que seas salvo. La Palabra de Dios nos dice que no hay ninguna distinción entre judíos y gentiles delante de Dios. Su Palabra lo dice con toda claridad: “ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno”. Y todivía se añade: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:9-10, 23 La Biblia). Mas por la gracia de Dios, estimado amigo que lees estas líneas, podemos decirte que tampoco hace Dios distinción de personas para recibirnos perdonados en Cristo, si creemos en El, y le aceptamos como nuestro Señor y Salvador, y como nuestro Santo Substituto quien murió por nosotros. En El, te decimos otra vez, que Dios acepta a todos; atiende: “Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:12-13 La Biblia). Cree en el Señor, y te salvarás. No lo dejes para mañana; aceptale hoy.

Abril 21, 2020   No Comments

Tomasito,

el gato Un gato que se llamaba Tomasito vivía muy a gusto abordo de un carguero. Pero, una noche tempestuosa el barco dio con unas rocas frente a la costa y empezó a hundirse. Los tripulantes fueron rescatados, pero Tomasito fue olvidado hasta más tarde, cuando de repente alguien se acordó de él y trató de salvarlo del barco antes de que fuera a pique. En varios intentos casi se agarra del animalito, pero cada vez Tomasito se zafó de su «salvador», y al fin se desapareció cubierta abajo. Es que Tomasito estaba contento allí. Había abordo toda clase de alimentos sabrosos: gallinas, jamones, y otras golosinas gustosas. Además, no había quien lo espantara ni dijera, «¡Zape, gato!» Y ¡qué banquete tuvo! Mientras tanto el vapor poco a poco se iba desapareciendo bajo el agua. Al fin se fue al fondo llevando a su muerte al pobre Tomasito. Muchas niñas y niños (y mayores también) hacen como Tomasito. No ven su peligro ni atienden cuando les hablan del Salvador Jesús que los quiere rescatar. La Biblia nos dice que todos pecamos, tanto niños como grandes, y así no podemos ir al cielo, sino que todos, tarde o temprano, serán castigados por sus pecados. En la Biblia Dios dice: «Todos han de morir una vez y después vendrá el juicio.» (Nuevo Testamento, libro de Hebreos, capítulo 9, versículo 27) Pero la Biblia dice también que Dios ama a los niños, a jóvenes, y adultos, aunque odia sus pecados, y por ellos castigó a su Hijo Jesús en lugar nuestro. Jesús amaba tanto a Dios y a nosotros que le dejó castigarle. Jesús nunca hizo nada malo, pero sufrió y murió en la cruz castigado por lo malo nuestro, para así quitar nuestros pecados: «Dios amó tanto al mundo eterno, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.» (Libro de Juan, capítulo 3, versículo 16) «Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.» (Libro de Romanos, cap. 5, verso 8) ¿No quieres recibir a Jesús ahora mismo, creyendo en él de todo corazón? Puedes pedirle de esta manera: «Dios mío, yo soy malo. Pero creo en mi corazón que tu castigaste a tu Hijo Jesús en la cruz por mis pecados, para librarme del castigo. Ahora mismo recibo a Jesús como mi Salvador. Amén.» Él no te faltará. Te oirá y te salvará de tus pecados y del castigo eterno

Abril 19, 2020   No Comments

BARRY

yace en un cementerio extraordinario donde reposan sólo los restos de animales destacados por su heroísmo. Un gran perro San Bernardo, inteligente, fuerte, veloz y capaz de aguantar el intenso frío y superar la abundante nieve de los Alpes, Barry era a la vez manso y cariñoso. He aquí su historia: HABÍA NEVADO copiosamente por muchos días y unos montañeros se retrasaron varias horas en su jornada, pero por fin llegaron, uno por uno y a tropezones, agotados por la lucha en un sendero cubierto de tanta nieve. Al fin, sólo faltó uno, expuesto aún al frío salvaje de la montaña. De no recibir pronto socorro, seguramente moriría. Cuarenta veces la intervención de Barry en semejante caso había llevado a un final feliz; daban testimonio cuarenta vidas salvas de una muerte segura en las heladas cuestas alpinas. Ahora, por cuadragésima primera vez, Barry iba al rescate de un perdido. Con certeza y sin vacilar, entre montones de nieve y el constante peligro de los temidos aludes, dejó atrás los rescatadores, siguiendo acertado el rastro del extraviado. Éste había caído rendido y casi inconciente, y estaba cubierto por una espesa capa de nieve que le ocultaba de la vista, pero no del fino olfato del valiente Barry, quien al fin encontró el lugar. Escarbando intensamente, el perro llegó jadeante al moribundo, quien revivió por el calor de su aliento. El hombre abrió los ojos y, aterrado de ver el enorme animal que arañaba la nieve encima de él —quizá se imaginó que la bestia le iba a devorar— se entregó al instinto de conservación. Agarró sigilosamente el afilado cuchillo que llevaba al cinturón, y, recogiendo toda la poca fuerza que le quedaba, lo hundió en la garganta de Barry. Con un alarido lastimoso el fiel perro cayó inerte en un charco de sangre que tiñó en rojo vivo la nieve fresca. La inscripción en el monumento sobre la tumba de Barry reza: «Salvó a cuarenta, pero murió a mano del cuadragésima prmero.» El que lo mató, lo hizo porque no se dio cuenta que Barry vino para salvarle. HACE MUCHOS AÑOS vino Uno a salvarnos a nosotros. A él también lo mataron aquellos a quienes vino a salvar. El (el Señor Jesucristo) dijo de sí mismo: «EL HIJO DEL HOMBRE VINO A BUSCAR Y A SALVAR AL QUE SE HABÍA PERDIDO» (Lucas 19:10). Aunque pudiéramos no reconocerlo, nosotros estamos perdidos entre las montañas de nuestros pecados, perdidos eternamente si no aceptamos que Jesucristo nos rescate. Dios envió a su Hijo para salvar a los perdidos, tanto mayores como niños como todos, porque «TODOS PECARON, Y ESTÁN DESTITUIDOS DE LA GLORIA DE DIOS» (Romanos 3:23). «MÁS DIOS MUESTRA SU AMOR PARA CON NOSOTROS, EN QUE SIENDO AÚN PECADORES, CRISTO MURIÓ POR NOSOTROS» (Romanos 5:8). Jesús dice: «YO HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA, Y PARA QUE LA TENGAN EN ABUNDANCIA» (Juan10:10). Muchos tratan al Salvador Jesús como aquel per- dido trató a Barry; le rechazan. Algunos lo hacen por no creer, otros al retardar su decisión de creer, o por indiferencia, o porque creen poder salvarse ellos mismos. Muchos confían en su propia bondad o piedad, o en que cumplen normas morales intachables. Algunos simplemente no quieren aceptar el que Jesús vino para salvarlos. Dios dice: «EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN; PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO EL CIELO, DADO A LOS HOMBRES, EN QUE PODAMOS SER SALVOS» (Hechos 4:12). ¿TE HA CONMOVIDO la historia de Barry y su trágico fin? Pues piensa en un fin mucho más trágico —el propio triste fin tuyo si desprecias la oferta de Dios. No hay excusa; las Escrituras citadas muestran que El quiere salvarte del castigo eterno y la eterna sepa- ración de El. Cree ahora mismo que Jesús murió por ti, e invítale a entrar en tu vida y salvar tu alma y darte su nueva vida. Si lo haces, hoy mismo él te perdonará todos tus pecados y serás salvo eternamente. El Señor no demora su perdón. Cuando el ladrón en la cruz muriendo a su lado le pidió a Jesús: «Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino», la respuesta fue inmediata y efectiva: «De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lucas 23:42-43). ¿Qué hay que hacer para ser salvo? La Biblia responde: «Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo» (Hechos 16:31). «Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.» (Romanos 10:9). Si quieres, HOY PUEDES SER SALVO Y TENER LA VIDA ETERNA. Su voz escucha sin vacilar, y grato acepta lo que hoy te da; tal vez mañana no habrá lugar— no te detengas, ven. — Todas son citas bíblicas

Usado con permiso de ALPHA PUBLICATIONS

Abril 19, 2020   No Comments

Conferencia Bíblica Virtual (parte 1)

Abril 11, 2020   No Comments